viernes, abril 26, 2024
Un Día Perfecto

Exijamos a los gobiernos un plan para vivir con protocolos sin cerrar las actividades

Por Martín Sperati

Ayer se cumplieron seis meses de cuarentena en este país. El confinamiento más largo del mundo.

Personalmente creo que desde el punto de vista sanitario la decisión fue correcta en sus inicios. Tuvimos algo muy positivo: haber observado lo que pasaba en el mundo.

Nos decían que era clave ganar tiempo para preparar el sistema de salud. Había filminas, comparaciones con otros países y cada 15 días conferencia de prensa tripartita entre Nación, provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Muy poco con el interior.

Desde sus comienzos, la decisión poco federal del presidente fue en base a lo que sucedía en Buenos Aires. “El mensaje era que toda la Argentina debía aislarse”, por más que en una localidad pequeña de Santa Fe no haya un solo caso.

En su momento, se cerró Ezeiza. Acertada medida para que el coronavirus no perfore con fuerzas tierras Argentinas. Hubo un Ministro (Ginés González García) que primero dijo que le preocupaba más el dengue que el covid. Luego que el pico iba a ser en Abril, en Mayo, Junio y así se fue corriendo.

El Estado (quebrado) asistió como pudo a los más vulnerables y al sector comercial. Se comenzó a emitir de a billones de pesos para lograr parar la sangría de reclamos, que hoy continúa con empresas que no han podido regresar a la actividad.

Pasaron más de 12 instancias de cuarentena. Estamos en el peor momento y proyectan octubre con números preocupantes.

Me llama la atención que en el peor momento del país, cuando la curva sigue en ascenso, publiquen un spot en redes sociales, sin siquiera la voz del presidente. Ni eso. En el peor momento necesitamos el liderazgo del presidente que debió hablar en cadena nacional.

En esas más de 12 instancias de cuarentena hubo muchos errores. No se testeó como sí lo hicieron otros países. Esto quiere decir que no tenemos el número real de contagiados en Argentina.

Pusieron de rodillas a la economía en base al enamoramiento de la cuarentena. Si a la séptima instancia de confinamiento el panorama seguía creciendo, cómo es que no apelaron a medidas creativas para dinamizar la economía, esto es, abrir actividades con protocolos y una fuerte campaña de concientización.

Ahora llegó a Santa Fe.

Así como Nación cerró Ezeiza para que el virus no penetre el país, me pregunto porque la provincia no tomó medidas en ese sentido.

Vimos por largos meses como la curva de contagios se aceleraba en provincia de Buenos Aires y AMBA y, dejamos de una manera quijotesca que el virus entre como pancho por su casa al sur de Rosario y se propague en la ciudad de Santa Fe, luego de más de dos meses sin un solo caso positivo.

En la provincia de Catamarca reciben mercaderías, los controlan en la entrada, no dejan que el chofer baje del camión y a la salida chequean si la faja de seguridad no fue violentada. Si esto pasa, al chofer lo meten en cana.

Medidas. Decisiones.

Lo que no le puedo reprochar a Omar Perotti es que sistemáticamente nos dijo que nos cuidemos. Promovió algunas ayudas para los sectores más vulnerables. Asistió, como pudo, a las pymes que no pudieron abrir y personalmente me gustó la conferencia de prensa del viernes: fue clara, precisa, descriptiva y hasta te diría paternal.

Lo que si le tengo que reprochar es que los controles fueron insuficientes. Que la comunicación fue, por momentos, poco clara y que debió fortalecer mucho más el sistema sanitario en todas las vertientes.

Es decir, el gobernador de Santa Fe tuvo la oportunidad de mirar la película de lo que pasaba en el mundo y en Buenos Aires.

Hoy el 0800 está colapsado. En el gran Rosario tenemos más del 90 por ciento de las camas críticas ocupadas y profesionales de la salud que están agotados.

A eso le sumo movilizaciones de varios sectores productivos que piden a gritos trabajar. Con protocolos, pero trabajar.

Mientras Saín nos trataba de chetos y se iba a Buenos Aires, porque si se queda lo cagan a tiros, no me consta que le haya presentado una carpeta al gobernador para hacerse cargo, junto con las fuerzas que dirige, de operativos más duros para no dejar entrar el virus a la provincia o para que ingrese de manera más atenuada.

Y ahora voy a los ciudadanos.

Pónganse a pensar si cada uno hizo la tarea. La mayoría creo que sí. Después la contracara: espacios públicos abarrotados, fiestas clandestinas, trencito de funcionarios en Rafaela, asados en quintas y bares colapsados. Si, los mismos que piden abrir, no hicieron la tarea. El gobierno y el municipio les dieron la oportunidad y reventaron sus espacios.

Y esa es la responsabilidad que tenemos que tener todos nosotros. Porque el virus va a impactar menos en la medida de que todos aprendamos en que estamos en un momento de excepcionalidad y que tenemos que convivir de esta manera hasta que tengamos la vacuna.

Exijamos a los gobiernos un plan para vivir con protocolos sin cerrar las actividades. No lo hagamos con una súper movilización, uno pegado al lado del otro. Porque si lo hacemos, es que no entendimos nada de nada.